DIETRICH BONHÖEFFER, UN TEÓLOGO DE LA LIBERACIÓN
José Carlos De Nóbrega
Si
bien Dietrich Bonhoeffer (Breslavia, Imperio alemán, 4/2/1906-Campo de
concentración de Flossenbürg, Alemania, 9/4/1945) no es un teólogo de la
liberación como los latinoamericanos Gutiérrez, Boff y Freire, pudiéramos
considerarlo uno de sus antecedentes notables, no sólo por haber enfrentado
política y religiosamente al nazismo, sino también por el compromiso con la
libertad patente en sus escritos más esclarecedores.
Por
ejemplo, es imprescindible citar Resistencia y Sumisión (Ediciones Sígueme,
Salamanca, 2008), cuya primera edición –póstuma, claro está- data de 1951,
gracias al celo de quien sería uno de sus biógrafos, Eberhard Bethge. Supuso
una reconstrucción lo más fidedigna posible de su estadía en prisión, previa a
su ejecución en la horca que hoy, 9 de abril de 2019, cumple 74 años.
Además
de la correspondencia, acosada por la censura nazi y facilitada por amigos
oficiales del presidio, se compilaron poemas, oraciones y textos teológicos.
Por supuesto, el lector no puede pasar de largo la lectura del documento
“Balance en la transición a 1943. Al cabo de diez años” (publicado por la
Editorial argentina La Aurora), un profundo y corajudo ensayo sobre el desmadre
del milenio nazi que, por fortuna, duraría doce años. La ética cristiana se
desborda para restituir la justicia, a la vera de la profecía bíblica y el
análisis político-social, en una Europa estragada por la guerra.
Nos
comenta Bethge que este título póstumo, pero significativo, se convierte en la
película del cautiverio de Bonhoeffer, o edifica –a nuestro entender- un gran
poema polifónico en verso y prosa en el que el pastor luterano “combina los
aspectos más personales con los mundiales, elaborando así, en una síntesis
sensacional, la unidad en un espíritu superior y en un corazón sensible”. La
mística incubada en la prisión es cristianismo rebelde y díscolo con el
genocidio y la guerra como negocio y expansión territorial esclavizante.
Incluso
un libro teológico “puro” como Vida en Comunidad, editado también por Sígueme
en 1979, critica los vicios de las jerarquías religiosas y sus “ensoñaciones
piadosas” cuando arremeten contra los pecadores más vulnerables y, en
consecuencia, entenebrecen el devenir histórico y espiritual de la comunidad
cristiana. Reivindica la primacía del amor y el perdón muy por encima de los
formalismos religiosos institucionales y, por supuesto, la superioridad moral.
Una auténtica vuelta a la experiencia extrema y solidaria del cristianismo de
las Catacumbas, significa la asunción de un modo de vida religioso liberador y
propiciador del cambio social dentro y fuera de la Iglesia.
No
nos queda duda que Bonhoeffer posee la estatura ética, utopista (la utopía no
es una pieza fantástica sino la formulación de un mejor mundo por venir) y
comprometida de Martin Luther King, Gandhi, Camilo Torres y Monseñor Oscar
Arnulfo Romero. Todos ellos, al igual que Sandino, Farabundo Martí y el poeta
Roque Dalton, integran el martirologio que apuesta por la vida y no por la
muerte que entraña la sumisión de las mayorías. Ello no obstante las
convicciones religiosas y políticas de cada cual. Las clases dominantes
insisten en enfrentar la religión, la política y el arte como modos de vida que
se aborrecen. Por el contrario, son evidentes sus vínculos con la liberación de
la humanidad y la restitución de un mejor nivel de existencia.
Dietrich
Bonhoeffer no se refugió en ninguna cátedra teológica en Nueva York, ciudad en
la que también se formó. Apostó por organizar a la gran Iglesia de Cristo que
no quería plegarse a la villanía envilecida del totalitarismo de Hitler y
Mussolini. A tal punto, se le prohibió en Alemania ejercer el magisterio
universitario, la escritura profética-teológica y, peor aún, la conducción de
su propia comunidad religiosa.
A
setenta y cuatro años de su ejecución y martirologio, sus libros siguen
apasionando nuestro corazón cristiano y rebelde. Por tal razón, un grupo de
amigos (Ismael Noé, Martín Lara, Quique García Grooscors y este polemista
compulsivo) estamos constituyendo el Centro de Estudios Teológicos “Dietrich
Bonhoeffer” en Valencia, la de Venezuela. Muy pronto informaremos de nuestras
actividades.
En
próximas entregas, profundizaremos en la obra de Bonhoeffer como luchador,
profeta, teólogo y creador literario.
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