sábado, 9 de enero de 2021

UNA BIOGRAFÍA PORTÁTIL DE MUEVE (DE LA SERIE "RELATOS DEL DÍA DEL JUICIO FINAL"). JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA

 


UNA BIOGRAFÍA PORTÁTIL DE MUEVE

A Ismael Noé y Pedro Téllez

MUEVE o el Movimiento Universitario Evangélico Venezolano, estuvo integrado por una llamativa y estupenda generación de universitarios carabobeños entre las décadas del 60 y el 80 en la ciudad de Valencia, la de Venezuela. Estudiantes y docentes de la Universidad de Carabobo como el Doctor Víctor Cuadra, el historiador José Francisco Jiménez, José Sada, Aristóbulo Chirivella, Edmundo Lasdinz, Rocco Nocella, Pepe Perdomo, Enrique “Quique” García Grooscors, Ismael Noé y el gordo Martín, hicieron sentir la voz plural, ecuménica y unitaria de la organización en los tiempos posteriores al Mayo Francés y al Tlatelolco mártir de 1968.

Oriundo de otra organización universitaria por desgracia fundamentalista, el grupo Alfa y Omega del acaramelado capitalista Bill Bright, los conocí en los inicios de mis estudios en la Facultad de Educación de la UC. Al punto de migrar al MUEVE, pues me cautivó su inquietud intelectual y fortaleza crítica enclavadas en un cristianismo verdadero de catacumbas: Esto es una propuesta comunitaria distante de las Iglesias como aparatos ideológicos del Estado.

No se trataba de la evangelización compulsiva por vía del ardid publicitario e ideológico de “Las cuatro leyes espirituales”, ello en procura apresurada de nuevos clientes religiosos, sino la realización de la comunidad en Cristo en el teatro de operaciones de un mundo muy complicado. Hablar de Cristo no es una operación mercantil-confesional, sino diálogo abierto sobre el cristianismo como modo de vida no desvinculado de la actuación histórica y social. Nuestras referencias tutelares, en el buen sentido del término, son aún un Cristo vivo no idealizado ni ideologizado –claro está- , Martin Luther King, Gandhi y el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer martirizado por los nazis.

Nos alimentábamos también de la revista y los libros publicados por la Editorial argentina Certeza: Especialmente accedimos a Samuel Escobar, René Padilla, C.S. Lewis y John Stott, autores teológicos que apostaban por una Teología de la Liberación desde el protestantismo.

Era una referencia el Mural de MUEVE en el Rectorado de la Universidad de Carabobo. Ilustraba a la ciudad con figuras y versículos bíblicos extraídos de versiones populares muy accesibles al pueblo latinoamericano. Evidenciando, eso sí, un tenor profético de denuncia política, religiosa y social. Precisamente MUEVE Valencia se escindió en dos bandos debido a una imagen del Mural que hacía referencia al tricolor de la golpista bandera sediciosa de Venezuela 1992: Los fundamentalistas evangélicos, liderados por Víctor Cuadra y Edmundo Lasdinz; y los ecuménicos socialistas entre los que destacaron José Francisco Jiménez, Quique García Grooscors e Ismael Noé. Por supuesto, dada mi formación anarco-teísta, apunté por el segundo grupo “rojo”, valga la alusión a la Segunda República española escarnecida por falangistas y estalinistas.

El muralismo muevista no sólo se expresó en el Rectorado, sino también en el centro de Valencia (donde todavía está su mural) y diversos espacios de Bárbula, al que los poderes fácticos mientan Campus Bárbula en una alienada nomenclatura de Centro Comercial con Club Dubi-Dubi en el sótano a manera de night club decadente.

Los volantes de MUEVE, en esténcil o fotocopias, no eran simples slogans pseudo-religiosos de ocasión, sino documentos de una cuartilla que tocaban temas como el desmadre y envilecimiento del sector universitario, la represión policial, una lectura dinámica del ministerio de Cristo más allá de la Semana Zángana, el ecologismo y la proliferación de sectas extranjerizantes.

Nuestro ministerio universitario sin cartera enfrentó a los poderes envilecidos dentro de la UC. Por ejemplo, al Proconsulado político-cultural que pretendía arrebatarnos el cubículo ubicado al lado de la no muy santa ni pro-estudiantil Federación de Centros Universitarios. En las primeras de cambio nos impusimos, sólo que años después, el nefasto gobernador Henrique Salas Röhmer Padre ordenó un brutal allanamiento de la universidad que confiscó los cubículos a los grupos políticos, religiosos y culturales alternativos.

La Historia nos dio la razón, no sólo en lo tocante al daño que el Comisariato ideológico cultural propinó con saña en Ateneos y espacios culturales de la ciudad y el resto del estado; sino también en lo concerniente de apiñar en el partido político ORA de Godofredo Marín una clientela evangélica exclusiva (antecedente del vasallaje ciego y fundamentalista que votó por el pastor evangélico Javier Bertucci en Venezuela y por Jair Bolsonaro en Brasil). La lucha por restituir la justicia y una sociedad mejor, no sólo debe ser ecuménica sino también plural, universal y progresista.

Pude participar en dos jornadas de protesta memorables: El desmontaje del hipócrita festejo relativo al Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar (Casa de la Estrella, Centro de Valencia, 1983) y la denuncia de los crímenes policiales en el caso del estudiante asesinado de la Universidad Central de Venezuela, Ismael Humberto Bolívar Ríos (1984). Respecto al primer grito libertario, todavía –que yo sepa- ningún Congreso ni ninguna Asamblea Nacional ha derogado la infamia de la Casa de la Estrella, 1830, que proscribió y expulsó a Bolívar del país liquidando a la Gran Colombia. Tan sólo se colocó en la fachada una placa conmemorativa del hecho reivindicativo que, poco tiempo después, se extravió. Más atención nos prestaron los dueños portugueses del Bar La Estrella, pese a que los fastidiábamos con el perifoneo ad infinitum de nuestro volante y comunicado: El establecimiento todavía existe hoy y en su interior sigue presidiendo un bonito retrato de Simón Bolívar. El segundo, nos trajo consigo a José Francisco Jiménez, Edmundo Lasdinz y mi persona un breve presidio con ruleteo policial añadido del tristemente Cuartel policial de la Navas Spínola [en este local de hacinamiento penitenciario se suicidó el boxeador el Inca Valero y se quemaron centenares de presos en incidentes poco claros] a la DISIP de la Urbanización La Alegría.

¿Cómo se desarrolló el Día del Juicio Final de MUEVE en Valencia? Lamentablemente, el vacío generacional y la intolerancia del sector evangélico fundamentalista de Cuadra y Lasdinz fueron los catalizadores de la descomposición y desmembramiento de nuestra muy querida y añorada organización de militancia en Cristo liberador. Sin embargo, en ese grupo aprendí el significado solidario del término “conciencia de clase”, no sólo a través de esa biblioteca maravillosa de la Fe y la Esperanza que es La Biblia, los volantes y los murales del Grupo,  sino especialmente en la acción evangélica vivida a campo traviesa: Cuando me secuestró la DIVINTEL en El Rectorado, con motivo de la protesta contra los crímenes policiales, el flaco Ismael se guindó del carro postizo de los polizontes para rescatarme en una arriesgada y poética maniobra que no prosperó, pero que se estampó en la memoria rebelde agradecida. Como dicen los jesuitas, para la mayor Gloria de Dios.                    

3 comentarios:

  1. Añadiría un comentario del reverendo presbíteriano Edgar Moros Ruano a propósito del manipulado respaldo del Mueve a las Nuevas Tribus. "El Mueve nunca se pudo deslastrar de su sustrato fundamentalista"

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  2. Añadiría un comentario del reverendo presbíteriano Edgar Moros Ruano a propósito del manipulado respaldo del Mueve a las Nuevas Tribus: "El Mueve nunca se pudo deslastrar de su sustrato fundamentalista"

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  3. Añadiría un comentario del reverendo presbíteriano Edgar Moros Ruano a propósito del manipulado respaldo del Mueve a las Nuevas Tribus: "El Mueve nunca se pudo deslastrar de su sustrato fundamentalista"

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