Julio Escalona
Hasta Cristo, pintado por el Greco, expulsó a los mercaderes del Templo a trompadas
Nota del administrador: Consideramos este artículo de Julio Escalona un aporte crítico y asertivo para la discusión trascendental de los problemas capitales de la república. Fue publicado en el diario Últimas Noticias el martes 21 de febrero de 2017. Se solicitan los comentarios de los miembros de nuestra comunidad educativa.
En verdad, la batalla que estamos dando es por la hegemonía cultural. La guerra económica es parte de ella. Por ejemplo, la tendencia a liberar los precios en los términos especulativos en que la burguesía lo plantea nos llevaría a una derrota en cuanto a hegemonía cultural, una derrota estratégica.
Los importadores reciben el dólar a Bs 10 y venden los bienes al precio del dólar Cúcuta. Si en condiciones especulativas se liberan los precios habrá más gente pasando hambre. Hay una doble escasez: la de los productos que se llevan hacia Colombia y la de los precios altos que, además, se apropian del subsidio dirigido a los pobres.
Esto ocurre por la complicidad de funcionarios estatales, que facilitan la acción delictiva de los empresarios al permitirles especular con el dólar subsidiado. No son los controles el problema. Es la falta de controles mínimos por la complicidad de funcionarios corruptos que de hecho están decidiendo la política económica.
El mensaje de los empresarios es: el mercado no es problema del Estado sino de nosotros los empresarios. Somos los que determinamos si hay abundancia o escasez. La libertad y la abundancia son un asunto del mercado cuando se nos deja actuar libremente. La escasez es un problema del Estado cuando viola las leyes del mercado atentando contra la libertad y la democracia.
Esa política es la que ha incrementado la pobreza y la indigencia, incluso en EEUU, la que conozco no solo por las cifras, sino porque soy testigo presencial.
El rentismo también es cuando, en última instancia, son los empresarios vía la corrupción quienes manejan la renta petrolera y van determinando la política económica. El problema es si la hegemonía está en manos del pueblo explotado o si sigue en manos de los importadores y banqueros.
El cadivismo es el equivalente contemporáneo de la Corporación Venezolana de Fomento. Por ahí andan los responsables. Señor Presidente, usted es un hombre del pueblo, creo en usted y lo respaldo. Mis palabras son un alerta pues tiene la posibilidad de pasar a la historia como el partero de la era que está pariendo un corazón. No deje que se le muera el niño en el parto, pues “se cae el porvenir” y “el socialismo se conquista peleando…”, las viejas consignas de Jorge Rodríguez.
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